Hoy desperté y te sentí cerca mio,
Mas luego, tu imagen.
Divago por mi cuento.
Enseguida, el desayuno.
Tu imagen que todo lo puede
se sentó en mi falda,
y te regalé un mate dulce,
porque la amargura
está dentro mio.
Ahora espero que ese teléfono suene.
Al escuchar el rin, salí corriendo,
me caí de la cama
y me di cuenta que era el maldito despertador.
Otra vez, tu figura se confundía
en mis sueños de este cuarto
que, solamente, tiene,
como adornos.
Otras camas, con otros internos,
que dicen que se volvieron locos.
Locos, por el amor de un Redes.

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